La tarea principal: Construir la alianza obrera

Erdogan ha seguido diciendo que “entraremos en un período en el que cada nuevo mes será mejor que el anterior” cada vez que hizo una declaración sobre el estado de nuestra economía en los últimos tiempos. El verdadero dueño de estas repetidas palabras como un disco rayado durante los últimos 2 años fue el ministro Berat Albayrak, conocido como el ministro del novio (porque él es el yerno de Erdogan). Después de insistir en que “cada próximo mes será mejor que el anterior” repetidas veces, Albayrak terminó diciendo “que Dios nos ayude” y desapareció de la faz de la tierra (después de renunciar de su puesto de trabajo como ministro de Hacienda y Finanzas en noviembre de 2020, Albayrak desapareció abruptamente de vida publica). Si bien este tipo de “optimismo desesperado” prevalece para Erdogan y su círculo inmediato, la destrucción económica que hemos sido atravesando se está volviendo “cada mes más profunda al mes anterior” para nosotrxs, lxs trabajadorxs.

Aunque la administración de Erdogan trata de señalar a las “fuerzas externas” como la causa de la destrucción económica mientras que ofrece promesas económicas como si fuera un líder de la oposición, se está convirtiendo en la opinión común de lxs trabajadorxs que el gobierno del AKP de los últimos 20 años es el responsable de la profunda situación de miseria en la cual ahora vivimos y que el odio hacia el régimen de Erdogan se está extendiendo. Mientras Erdogan trata de jactarse del crecimiento económico del 11 por ciento, el costo de vida, los salarios de miseria, el creciente desempleo y las facturas impagas son las principales preocupaciones de gran proporción de la sociedad debido a las políticas anti-obreras de su gobierno.

Las políticas económicas del régimen de Erdogan también han convertido la economía del país en una de las economías más frágiles del mundo. El hecho de que Turquía sea el tercer país más afectado, después de Rusia y Ucrania, por la invasión rusa de Ucrania es un claro ejemplo de esta situación. Con el inicio de la invasión, TL se convirtió en la moneda que perdió más valor después del rublo ruso. Las reservas del Banco Central de $ 128 mil millones se gastaron durante el mandato del ministro novio en nombre de la política monetaria de “bajo interés”. En línea con esta misma política de quiebra y para compensar sus consecuencias, hoy en día se están gastando nuevamente miles de millones de dólares más de las reservas para proteger el valor de la TL, aunque sea temporalmente. Además, el costo del sistema recién implementado de “cuentas de depósitos en liras turcas protegidas frente a las fluctuaciones de la moneda extranjera” para el Tesoro ya ha alcanzado los 23 mil millones de TL (23 mil billones en moneda antigua).

Las políticas económicas fallidas no sólo se reflejan en nuestras vidas como una profunda miseria; también hacen que el país se vuelva más dependiente y frágil frente al imperialismo y a las potencias regionales. La administración de Erdogan, que nominalmente ha desafiado a la administración de Israel y de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) durante años, ahora está de rodillas ante estos dos países con la esperanza de recibir alguna ayuda económica. Después de desplegar la alfombra roja (en realidad, turquesa) para el príncipe de los Emiratos Árabes Unidos, Mohammed bin Zayed, a quien el régimen de Erdogan acusó una vez de ser el autor del intento de golpe de estado del 15 de julio de 2016, Erdogan visitó personalmente los Emiratos Árabes Unidos y firmó acuerdos cuyos contenidos permanecieron inciertos y opacos. De manera similar, el presidente israelí Herzog fue invitado a Turquía. La indicación más clara de la bancarrota en la política exterior salió a la luz con la invasión rusa de Ucrania. La administración de Erdogan, que siguió una política exterior aventurera, expansionista y peligrosa durante años, se ha vuelto renuente incluso a llamar la invasión rusa de Ucraina “una invasión” debido a su profunda dependencia tanto de Rusia como de las potencias occidentales al mismo tiempo. Al definir la agresión y la ocupación de Ucrania por parte de Rusia como una “crisis,” Erdogan no pudo ir más allá de hacer ofertas de mediación que a nadie realmente le importaron.

Mientras ocurrían estos acontecimientos, la Alianza Nacional, junto con los partidos en su círculo actual, anunciaron su programa conjunto sobre el “sistema parlamentario reforzado.” Este programa, que no menciona palabras como “trabajador,” “sindicato,” “Convención de Estambul” o “pueblo kurdo” ni una sola vez, demuestra que la “Alianza de los 6” seguirá predicando a las masas abandonadas a profunda miseria y opresión que esperen las elecciones pacientemente. Ante esto, miles de trabajadorxs de decenas de lugares de trabajo se han convertido en lxs pionerxs de una nueva ola de lucha contra los diminutos aumentos salariales, los despidos y las actitudes antisindicales. Lxs aldeanxs se han levantado contra la destrucción ambiental; las mujeres están tomando las calles contra los feminicidios y la doble explotación… Todos estos movimientos demuestran que la salida del régimen unipersonal de Erdogan solo puede darse con la movilización de las masas, y no esperando las elecciones. La principal tarea de las organizaciones socialistas y obreras sigue siendo la construcción de una alianza obrera que haga permanente la salida de este orden de opresión y explotación.

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