Para construir la Alianza Obrera: ¡Organicémonos por un 1 de mayo unido y masivo!

Después de que el salario mínimo cayese por debajo del límite del hambre, bajo la lluvia de aumentos de precios, aumentó la expectativa de las masas de que el gobierno podría ofrecer un aumento provisional en el salario mínimo. Incluso los portavoces del AKP-MHP afirmaron que podría haber un aumento en el mes de julio. Sin embargo, esta posibilidad parece haber desaparecido por ahora, cuando tanto Erdoğan como el ministro de trabajo dejaron claro que un aumento salarial no está sobre la mesa hasta finales de año. Mientras Erdoğan sigue enfatizando en cada oportunidad que “cada mes será mejor que el mes anterior” para la economía y que “ofrecieron un aumento histórico en el salario mínimo” el poder adquisitivo de los salarios está disminuyendo y la miseria de lxs trabajadorxs se profundiza cada día frente a la tormenta de aumentos de precios que se han vuelto imposibles de seguir.

En estos tiempos de prevalencia de la pobreza sin precedentes, Erdoğan admite tímidamente que “es consciente del costo de vida” y se abstiene persistentemente de dar un paso más allá de ofrecer ineficaces reducciones del IVA. Otra medida del gobierno contra el debilitamiento de su apoyo electoral ante el desbarajuste económico que ha creado consiste en finos cálculos tendientes a reducir el número de votos que irán a la oposición al cambiar la Ley Electoral y al debilitar aún más la seguridad electoral. Si bien la política de “intereses bajos, lira débil” de la Alianza Popular ha resultado en un desastre para grandes segmentos de la sociedad, las personas que están posicionadas cerca de Erdoğan, los depositantes ricos, los bancos, los acreedores nacionales, extranjeros y los oligarcas del régimen que tienen contratos con el gobierno que les da derecho a ser compensados en moneda extranjera con cargo al presupuesto estatal en caso de pérdida, parecen estar más que satisfechos con la situación actual.

Mientras lxs trabajadorxs, desbordadxs por la destrucción económica, buscan una salida al actual impasse, los partidos de la llamada “Alianza de los 6” insisten en no ceder en su línea de oposición “extraordinariamente responsable y moderada.” Frente a tanto la destrucción económica y la política de saqueo del régimen de Erdoğan como todo tipo de prácticas antidemocráticas que propugna, la Alianza de los 6 nunca va más allá de predicar a lxs trabajadorxs que esperen a que aparezcan las urnas. Esta situación proporciona las respuestas a por qué la propuesta de “sistema parlamentario reforzado” de la Alianza de los 6 recientemente anunciada no generó entusiasmo, o por qué el apoyo de sus votantes no ha aumentado tanto como lo esperaban. El CHP y sus aliados se abstienen insistentemente de movilizar a lxs trabajadorxs contra el gobierno, tampoco apoyan las actuales acciones y resistencias obreras; ahora aún se abstienen de realizar los mítines que prometieron en diciembre, después de haber tenido el primero en Mersin. Hay una lógica coherente detrás de esta política burguesa consciente. El CHP y sus aliados están tratando de asegurar que lxs trabajadorxs y lxs oprimidxs voten pasivamente por sí mismos y que no se movilicen por sus derechos ni se politicen en las luchas sociales. Porque esta alianza burguesa cree que, cuando/si llegue al poder, esa es la única forma que hay para garantizar la implementación de sus políticas de restauración del sistema capitalista, cuyo costo, una vez más, será pagado por lxs trabajadorxs.

El odio de las masas hacia el régimen de Erdoğan se siente cada vez más dentro de todos los segmentos de la sociedad. Las protestas obreras en curso, aunque se lleven a cabo aisladas unas de otras, decenas de miles de mujeres que conquistaron las calles el 8 de marzo, millones de personas llenando las plazas durante el Newroz, las luchas de lxs aldeanxs que se opusieron a las masacres ambientales y las políticas de destrucción de la producción agrícola… Todos estos son los reflejos de la creciente rabia en diferentes esferas. Al contrario de la línea política de la oposición burguesa, la línea política de lxs socialistxs y el movimiento obrero debe estar conformada por esfuerzos para movilizar a las masas por sus derechos y demandas y para unir las luchas en curso en torno a un programa de acción común en lugar de esperar para las elecciones. Convirtamos el próximo 1 de mayo en una oportunidad en esta dirección. Levantemos la alianza obrera unida contra las alternativas burguesas en una movilización unida y masiva del Primero de Mayo.

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